Propósito de la actividad: que el alumno pueda identificar los signos de exclamación, conozca su función y como poder emplearlo en los textos que en un futuro pueda realizar.
Los signos de exclamación o signos de admiración (¡ !) se usan para indicar una expresión y para enfatizar algo. En el idioma español esto es importante para todo el signo con que se inicia la exclamación es «¡» y con que se la termina es «!».
Los signos de exclamación o signos de admiración (¡ !) se usan para indicar una expresión y para enfatizar algo. En el idioma español esto es importante para todo el signo con que se inicia la exclamación es «¡» y con que se la termina es «!».
Este signo tiene la función de representar en la escritura la entonación exclamativa de un enunciado. En la pronunciación, los enunciados que van entre signos de exclamación tienen un tono final descendente, pero con un momento previo de ascenso brusco, en palabras como qué, cuánto, quién, cuándo...
En castellano, el uso del signo inicial «¡» es obligatorio, mientras que en gallego y en catalán su uso es opcional.
- Apelativas: ¡eh!, ¡pst!
- Expresivas: ¡oh!, ¡ay!
- Representativas: ¡paf!, ¡pum!
- Onomatopeyas: ¡guau!, ¡tuturú!
Para indicar ironía o sorpresa (el signo de admiración de cierre se suele poner entre paréntesis).
En retórica, la exclamación es, dentro de las figuras literarias, una de las figuras de diálogo. Consiste en expresar de forma intensa una emoción o un sentimiento; se acompaña de una determinada curva de entonación, diferente de la curva enunciativa. Es frecuente la aparición en su interior de vocativos y aparece signada con los signos de exclamación en la lengua escrita. Ejemplo: -¡Oh sorpresa! ; ¡Ah, cuánta mentira hay en esos argumentos!
Ejercicio: Analiza los siguientes enunciados, y coloca los signos de exclamación en su respectivo lugar.
Qué paisaje tan bello
Cómo me he divertido
Vamos, no hay que perder el ánimo
No puedo creerlo
No creo que lo haya hecho, es imposible
Ejercicio resuelto:
¡Qué paisaje tan bello!
¡Cómo me he divertido!
¡Vamos, no hay que perder el ánimo!
¡No puedo creerlo!
No creo que lo haya hecho, ¡es imposible!
Aprendizaje obtenido: el alumno pudo identificar la función de los signos de exclamación y sabe utilizarlos de manera correcta.
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